En la década de 1980, Abuelas de Plaza de Mayo localizó una partida firmada por Bergés en la que constaba que el 27 de diciembre de 1977 había nacido una niña en su consultorio, hija de un matrimonio de civiles de apellido Fernández. Un tribunal, entonces, ordenó realizarle un análisis de histocompatibilidad (antecedente de los actuales exámenes genéticos), pero la familia con la cual se comparó su perfil no era la propia.
En 1999, una hija de desaparecidos que buscaba a su hermana nacida en cautiverio, fue a ver a la joven, pensando que podría ser ella, y le propuso realizarse nuevamente los análisis, para cruzarlos con todas las familias del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En junio de ese año, los resultados confirmaron que se trataba de Carmen, hija de Aída y Eduardo. Sus padres continúan desaparecidos.