A lo largo de los años, las Abuelas hemos ido modificando las estrategias de búsqueda y las herramientas para reconocer a nuestros nietos y nietas, en principio bebés y niños/as y, luego, jóvenes y adultos. Además, fuimos impulsando la creación de distintas estructuras en el Estado para garantizar la restitución de identidad.
Actualmente, hay dos caminos por los cuales una persona llega a constatar si es hija de desaparecidos: por presentación espontánea o por vía judicial.
En una presentación espontánea, las personas nacidas entre 1975 y 1983 que tienen dudas sobre su origen pueden acercarse a Abuelas o a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI), el organismo del Estado dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación cuyo objetivo es velar por el derecho a la identidad.
Nuestro equipo de Presentación espontánea ofrece una entrevista confidencial, donde la persona con dudas cuenta su historia y presenta documentación referida a su origen –DNI y partida de nacimiento-. Al término de la entrevista, se completa y firma un formulario que recoge esta información y se arma un legajo que es elevado a la CoNaDI.
La CoNaDI realiza una investigación documental a partir del cotejo de los datos del legajo con información de otros organismos del Estado. La CoNaDI informará a la persona con dudas si la información recogida permite descartar que se trate de un hijo o hija de desaparecidos. Si, en cambio, la investigación documental arroja indicios de una apropiación, la CoNaDI se contactará con la persona para coordinar una cita en el Banco Nacional de Datos Genéticos(BNDG) para la extracción de sangre, de forma gratuita y sin necesidad de iniciar una causa judicial.
Desde hace muchos años, las Abuelas convocamos a la sociedad a que aporte información sobre posibles hijos o hijas de desaparecidos. Cuando la sospecha es firme y la documentación la acompaña, nuestro equipo de aproximación contacta a la persona para explicar esta sospecha y la invita a acercarse para conversar. Si la persona acepta, se sigue el mismo proceso que en una presentación espontánea: se arma un legajo y la CoNaDI coordina una fecha para la extracción de sangre en el BNDG.
En cambio, si la persona no acepta o no es posible contactarla, se presenta una denuncia judicial para que sea la propia Justicia la que haga la cita. En la mayoría de los casos, las personas que se sospecha que son hijas de personas desaparecidas aceptan la extracción y comparación en el BNDG. Pero algunas se niegan, y en ese caso, la Justicia está facultada por ley a ordenar para recoger ADN de objetos personales que permitan realizar la comparación en el Banco.
Además del derecho a la restitución que asiste a las familias que buscan, ante la falsificación de identidad, el Estado tiene el deber de investigar. Al tratarse de un crimen de lesa humanidad, originado en la propia acción delictiva del Estado, pesa sobre éste un deber especial de esclarecimiento y de juzgamiento a los responsables. La peculiaridad en el caso de la apropiación reside en que los nietos y nietas son la prueba del delito y la única vía posible de esclarecerlo es mediante la prueba de ADN.
A partir del entrecruzamiento del perfil genético de la persona que se sospecha puede ser hija de desaparecidos/as con el de los grupos familiares que buscan e integran el Banco, se puede determinar si es persona es -o no- hijo o hija de personas desparecidas.
El Banco está conformado por perfiles genéticos de grupos familiares que denunciaron la desaparición de un niño/a o una mujer embarazada durante la última dictadura y aportaron su muestra de sangre. Y, por otra parte, contiene el perfil genético de todas aquellas personas con dudas sobre su origen que nacieron entre 1975 y 1980 y fueron analizadas allí. Este rango temporal no es arbitrario: coincide con la fecha probable de parto de las mujeres secuestradas embarazadas o con la fecha de nacimiento de los niños pequeños secuestrados, cuyos familiares realizaron la denuncia y dejaron su muestra hemática. Es decir, la muestra de quienes dudan se compara con estos grupos.
Una vez realizado el entrecruzamiento, el BNDG informará el resultado, según corresponda, a la CoNaDI y/o a la Justicia, que se lo comunicarán a la persona analizada.
Si el resultado es positivo, también las Abuelas de Plaza de Mayo somos informadas y entramos en contacto con la familia para comunicar la feliz noticia del encuentro. Como el Banco está en permanente construcción y los avances científicos permiten nuevos hallazgos, los perfiles genéticos de todas las personas que se analizan se almacenan para nuevas comparaciones.
Cuando se logra identificar a un nuevo nieto o nieta, una vez que tanto la víctima como sus familiares fueron notificados, desde Abuelas informamos a la comunidad la noticia a través de una conferencia de prensa. En muchos casos, está presente algún miembro de la familia o, inclusive, el propio nieto o nieta si es su deseo.
Todo el proceso es confidencial y desde Abuelas resguardamos el nombre y apellido de apropiación del nieto o nieta para preservar su intimidad. Solo se informan los datos de la familia biológica que lo o la buscó.
El encuentro con la familia es de orden privado, cada restitución tiene sus momentos, su proceso y su construcción. Desde Abuelas ofrecemos la contención y el espacio para los encuentros, pero la decisión sobre la exposición, los vínculos, los tiempos y las formas es de cada nieto o nieta.