Tras el secuestro, el pequeño Andrés, de tres meses de edad, ingresó al Juzgado de Menores de San Isidro. Allí fue dado en adopción pese a que Abuelas de Plaza de Mayo y sus familiares habían solicitado al juez el cotejo de la documentación y fotografías aportadas sobre varios casos entre los que se encontraba el de Andrés. El juzgado no atendió estos reclamos y, finalmente, el niño fue localizado en 1984. Andrés continuó viviendo con su familia adoptiva pero en contacto con su familia biológica. Sus padres continúan desaparecidos.
Andrés La Blunda Fontana
- ADN: 2 de marzo, 2000
- Localización: 1 de febrero, 1984
Andrés La Blunda Fontana nació el 25 de enero de 1977. Fue secuestrado junto con sus padres el 20 de abril de 1977 en el domicilio donde vivían en la localidad de San Fernando, zona norte del Gran Buenos Aires. Su madre, posiblemente, haya permanecido detenida en Campo de Mayo.
La familia de Andrés La Blunda Fontana
197725 de enero
Nacimiento del/a nieto/a
197720 de abril
Desaparición del/a nieto/a
1984febrero
Fecha de localización
65Número de caso resuelto
“Volver a nacer implica un desafío, pero en el fondo todos sentimos que estamos en el camino correcto”
"No tengan miedo"
Mabel nació el 21 de septiembre de 1945 en la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos. Pedro nació en Robert, provincia de Buenos Aires, el 9 de febrero de 1946. Ambos militaron en la Juventud Peronista (JP) y en la organización Montoneros. Sus compañeros la llamaban "Julia", "Cuqui", "Lisa", "La Flaca" o "Ana María Moscato" y a él "Tordo" "Javier", "Andrés" o "Polo".
Andrés, el hijo de la pareja, es de profesión contador y continúa el legado de militancia de sus padres. Su historia, dice, “comenzó a cambiar cuando Néstor (Kirchner) llegó al Gobierno”. La historia de sus padres “que me había estado tanto tiempo negada, volvió a estar puesta en la escena política nacional y pasó a ser una historia reivindicada por un presidente”.
A la vez que sigue reconstruyendo su identidad, Andrés es uno de los nietos que brindan su testimonio para afirmar la importancia de la política de derechos humanos iniciada en 2003. “Los nietos restituidos somos una gran familia que seguimos buscando a los que faltan, es una lucha que no la hacemos en soledad porque hay un Estado que respalda –sostiene–. A todos los que tienen dudas les diría que busquen, que averigüen, que no tengan miedo. El camino es contradictorio, de marchas y contramarchas, pero tenemos el orgullo de levar nuestro nombre y más sabiendo que nuestros padres dejaron la vida por la sociedad”.
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El proceso de restitución
Cómo acompañan las abuelas el proceso y la vinculación con otros organismos del Estado.
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