22 de mayo de 2016
Las Abuelas de Plaza de Mayo comunicamos con profundo dolor la partida de nuestra compañera Reina Esses de Waiserg, que nos dejó a los 97 años sin poder abrazar a su nieto
Las Abuelas de Plaza de Mayo comunicamos con profundo dolor la partida de nuestra compañera Reina Esses de Waiserg, que nos dejó a los 97 años sin poder abrazar a su nieto. “Yo me acerqué a Abuelas para buscar a mi hijo y mi nuera embarazada, y a mi nieta (…) A nieta yo creo que la encontré de pura casualidad”, aseguraba sobre la hija mayor de la pareja, Tania, quien desapareció junto a sus padres con sólo 9 meses y Reina la pudo recuperar con 15 meses de edad. Luego tuvo que emprender la búsqueda del bebé que nacería en cautiverio de su nuera, Valeria Belaústegui Herrera, embarazada de dos meses, y de su hijo, Ricardo Waisberg.
Reina tuvo un matrimonio feliz y dos hijos, Jorge y Ricardo, pero quedó viuda muy joven, cuando en 1972 su esposo Jacobo Waisberg falleció. Ricardo comenzó tempranamente a manifestar su necesidad de luchar contra las injusticias sociales, ya en el colegio secundario era delegado. Se recibió de maestro y con la militancia llegó el amor: Valeria era la mayor de tres hermanos con quienes la pareja compartía la militancia en el PRT-ERP.
La consuegra de Reina, Matilde Herrera de Belaústegui, fue quien primero llevó adelante la búsqueda mientras Reina se ocupaba de criar a Tania. Es que a Matilde además de a su hija Valeria embarazada y su compañero Ricardo; buscaba a su hijo Martín y su compañera María Cristina López Guerra, también embarazada; y a su hijo José y su compañera Electra Lareu, todos secuestrados y desaparecidos por el terrorismo de Estado.
No se sabe bien cómo fue que secuestraron a Valeria y a Ricardo. El 13 de mayo de 1977, Reina recibió un llamado anónimo que le informaba que “la hija de Valeria” estaba en una dirección en San Antonio de Padua. Reina finalmente pudo recuperarla en la comisaría, contra la firma de un documento que no le permitieron leer. Tania llevaba prendido en el pecho el teléfono de Reina. Desde ese momento Reina buscó a su hijo y nuera embarazada, en compañía de su consuegra.
Cuando Matilde falleció, en 1990, Tania insistió para que Reina se acercara más a Abuelas. Y Reina, incapaz de resistir un pedido de su nieta, fue incorporándose hasta volverse una Abuela insustituible. Lamentablemente hace un par de años la salud de Reina se deterioró y no pudo continuar asistiendo a las reuniones de Comisión, pero su corazón y fortaleza siempre estaban presentes entre sus compañeras.
La recordamos como una Abuela emprendedora, alegre, siempre bien predispuesta para las tareas de difusión, llevando su testimonio y el mensaje de búsqueda a cada rincón.“Felizmente hemos encontrado nietos, pero cada una quiere encontrar a su nieto”, decía en 2007, y no pudo, pero las Abuelas tenemos el compromiso de lograrlo.
¡Hasta siempre compañera Reina, seguiremos buscando al hijo de tus hijos!
Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas
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